Las palabras no siempre fueron libres. En momentos y
lugares, aún no lo son. Que la expresión irrumpa sin trabas ni siquiera es una
vieja tradición en la vieja Europa. Santiago Muñoz Machado (Pozoblanco,
Córdoba, 1949), que sabe mucho de leyes, recordó ayer que el derecho a la
libertad de expresión, a la que consagró su discurso de ingreso en la Real
Academia Española (RAE), Los itinerarios de la libertad de palabra, tiene un
pasado tan corto que se cuenta por décadas.
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