martes, 5 de febrero de 2013

Practicidad, en detrimento del lenguaje y la belleza de las letras


Tomar la pluma y humedecerla en el tintero, para después soltar el brazo y dejarse llevar sobre un papel en blanco, en el cual se dibujan óvalos y barras para enseñar los trazos elementales de la caligrafía, a fin de mejorar las habilidades psicomotoras, "era un deleite". Los ejercicios de antaño para mejorar la letra tenían entre sus prioridades el destacar la belleza del lenguaje, una práctica que la comodidad y las nuevas tecnologías han atacado a tal grado de poner en serio riesgo la continuidad del lenguaje escrito.

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