miércoles, 20 de febrero de 2013

En el corazón de Rubén Bonifaz Nuño


En la planta alta de la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria todo parece dispuesto para la llegada del poeta. Los objetos queridos están ahí: sus libros, sus bastones, una colección de chalecos confeccionados por su sastre particular con telas excéntricas traídas de Europa (o donde hubieran viajado sus amigos, que se las obsequiaban), una colección de figuritas de Charlie Brown, la gran lupa con la que continuó sus lecturas y su escritura pese a la enfermedad de la vista… Están incluso ahí sus secretarias, Paloma Guardia Montoya y Silvia Carrillo, como esperándolo, a las que al entrar solía pedir que pasaran con él, cuaderno en mano, para el dictado de una traducción o un poema.

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