En todos los hombres y mujeres que le abrieron las puertas
de sus bibliotecas, Corina Armella de Fernández Castelló descubrió una total
pasión por los libros y la lectura. Descubrió que la vida se les ha ido en el
afán de leer y atesorar libros. En Gabriel García Márquez, cuya biblioteca mira
al jardín, supo que su vida ha estado íntimamente ligada a ese acervo que se
cuenta por miles; también supo que la biblioteca que han formado Miguel León
Portilla y su esposa Ascensión, es ambiciosa y antigua, que en ella prevalece
la idea de atesorar libros en las lenguas originales.
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